sábado, enero 26, 2008

porque.........

Hace tiempo que deje de plantearme el por qué, hace tiempo que comprendí que no se puede vivir anclado en la explicación de las cosas, si no las entiendes a la primera, la segunda no será mucho mejor. La vida pasa por tu lado como una película, miles de fotogramas de los que consigues captar menos de la mitad, cientos de ellos se perdieron para siempre en el baúl de los olvidos, ese del que nadie nunca pudo salir, lleno de buenos propósitos de año nuevo, de llamadas que nunca se hicieron, de regalos sin comprar y de sueños reemplazados. Demasiado tiempo perdido, y es de lo que mas carecemos, tantos libros por leer, tantas películas que ver, tantas conversaciones, risas, lugares nuevos y emocionantes. No es una explicación lo que necesitamos sino ganas y fuerzas para preguntar.









En mi opinión el “por qué” se lo merecen pocos temas y la mayoría de ellos no tienen respuesta, porque la incertidumbre es a la vida lo que la pimienta a la sal, opuestas en apariencia pero destinadas a ir siempre juntas. Y es que pararse a obtener una explicación, la mayoría de las veces innecesaria, hace que te pierdas miles de preguntas sin respuestas.

viernes, enero 11, 2008

sabados muertos


Responsabilidad que cae sobre ti sin avisar, monotonía que solo extrañas al estar lejos, prisas y carreras tan ajenas a ti que parecen burlarse de tu quietud, tiempos felices incompletos, brazos extraños que te abrazan y sonrisas reconfortantes que te esperan. Miles de pies que caminan uno detrás de otro como obreros en un hormiguero.

Demasiados ojos sobre mí que ya defraudé alguna vez, un futuro predeterminado pero aterrador al que miro desde abajo impotente. Solo quiero dejar de fingir seguridad, romper algo, gritar y acallar al mundo para que comprenda, para que apague el ruido, parar el tiempo hasta que todo tenga sentido.

Tiempos de estrés, de ilusiones contadas, como un mar de nubes al que miras con el anhelo de saber que nunca lo podrás tocar, pues al mínimo roce, todo se convertirá en humo, demasiado perfecto para ser real, demasiado real para ser un sueño.

La luz te rodea pero no te ilumina, escondido tras tu sombra el resplandor te ciega, impidiéndote ver algo más que tus pies, quietos por el miedo de caminar hacia lo desconocido, a los obstáculos o precipicios sin pensar siquiera en la posibilidad de una llanura.