lunes, marzo 10, 2008

tormenta


Días oscuros, nubes grises que vaticinan tormenta, el viento sopla implacable y la lluvia empaña cristales y mentes. Días oscuros se suceden en el tiempo, ocultándome a la vista, días oscuros que hacen temblar los cimientos de todo a mi alrededor. Días oscuros, personas sin rostro, tan solo lagrimas que ocultan la verdad de un corazón, vidas serviciales que acaban sufriendo, llevadas por el viento que azota la ciudad. Palabras vacías y sonrisas hipócritas, disfraces que ocultan la cara del horror. Pensamientos autodestructivos, autocompasión necesitada de aduladores sin nombre, las buenas acciones caen en un saco roto, junto a las palabras de aliento y los consejos “fraternales”. Nunca la vida fue justa con los sinceros, la soledad es la guarida solitaria, fría y húmeda pero segura, me resguarda del exterior, de las nubes grises, de la tormenta, del viento implacable que acabó con todo. La realidad me golpea haciéndome caer, perdida en las sombras me espera impaciente, nunca la ficción fue un gran escondite, la cueva ha desaparecido y yo estoy sola, en la inmensidad del océano sin nada a lo que aferrarme. Un último aliento desperdiciado, esperando agradecimientos que nunca llegaron y detalles ahogados en el mar.








palabras sin sentido, el sentido de la vida.

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