lunes, febrero 18, 2008

nubes negras

Tardes muertas de películas sin nombre, de esas que te dejan esperando un final feliz aun después de terminar los créditos. Sin llorar y casi sin pestañear, con la mente en blanco. El sol entra por la ventana pero en realidad el día es frío y desapacible en el micro-mundo del sofá. La vida parece menos interesante y las frases hechas sobre la longitud de ésta se vuelven una mala excusa para aprovechar el tiempo vacío y evadir responsabilidades. Una nube negra parece seguirte allá a donde vas, como a un dibujo animado, solo llueve sobre ti. Y allí estas tú, empapado y cegado por las gotas que te impiden abrir los ojos, sin paraguas ni chubasquero, con la cabeza gacha e inmóvil en cualquier parte, añorando los días soleados, tan lejanos ahora, con la esperanza que solo puede tener quien no puede perder nada. Pues el sol siempre vuelve a salir, o por lo menos eso decían tus libros garabateados de instituto, esos que se recuerdan por las conversaciones escritas en ellos y no por sus olvidados conceptos, pero el sol siempre vuelve a salir, tarde o temprano. Cualquier día saldrá y te cegará con su luz, sus rayos penetrantes calentaran cada centímetro de tu piel y la nube negra estará encima de algún otro pobre infeliz, pero no en tu cabeza. Desgraciadamente la vida no para de girar sobre el mismo eje, tarde o temprano, estés donde estés la nube te encontrará otra vez, aunque realmente esta nunca se fue, nunca existió. Malas pasadas que juega un mente demasiado imaginativa, idas y venidas de un estado de ánimo permanente. Contradicciones, esperanza y melancolía son palabras que siempre van juntas.








La nube se irá, el sol saldrá y todo será igual, aunque de un color diferente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero tienes un blog y yo me acabo de enterar.. dios aquí si que puedo dejar comentarios y me voy a hinchar.
Pasadlo bien en Berlín amores mios.